Oye cariño.

Una pena intercalada
aburrida y oculta
como el goteo
en el tejado
cuando duermo y no sueño
y cuando sueño y te veo
y te encuentro.
Te quiero, con el dolor
de esta alma
que es de viejos,
que desconozco.
Te quiero, con la intensidad
de ese infinito
en el abismo de amores,
en el abismo de amantes.
Guardé la pena,
tengo para un siglo
o quizá un poco menos
y no recuerdo el día
mas no olvido el momento.
Me desespero en la espera
y me preguntan porqué
y por qué estoy tan sola
y me parafraseo
pero no logro, no lo logro.

- Negativa, pesimista o realista.
Mejor aun: 'Con la depre'.-

Irreconocible

Silencio en tus bragas
me encuentra tu voz,
ni una palabra inventada
daría con tu beso
esquivo como ayer
en tus estrellas
insinuante como el atardecer
en tu pecho
y la mano apretada,
y el primer paso
es el que no se dio
recuerda mis labios
con la intensidad del jamás nunca
y vuelve impredecible
indescriptible
insólita.

Envuélveme en simpleza
y dame aquel sudor
que tanto anhelo
sedúceme como no sabes
y recorre mis llantos
en abrazos de ternura
recurre amí
a ti
a un nosotras -quizá-
Cree en mí
Creo en ti.

Algo en ti.

Cuando te veo y vibro
como cual campanario
en medio de la ciudad
ese que nadie nota
el mismo que nos
embriagó aquella tarde
de vuelos infinitos
entre las copas
de árboles olvidados
y me enterneces el alma
cada vez que oigo la puerta
un toc y luego dos seguidos
con las manos ansiosas
a la espera de ese beso
                                 honesto
                                           sagaz
                                                  dulce.

Ven.

La neblina latente que invade poros recelosos
cree en el dolor de mi sangre
vuelve en un vuelo sincero
dame el calor de tus alas
incendia este pecho inflamable
por mis vértebras escala hasta el cenit
recorre mis huesos y quiebra el sentir.

Devuélveme la electricidad de mi tráquea
y traga mi lengua en ese intento de unción,
encuentra mis anhelos ocultos
tras árboles generosos.

Vive en mis entrañas el grito consciente
el gemido vital, rojizo.
Oscurece estos párpados olvidados
y envuélvete en la humedad
de mi cintura.

Erotiza  mi alma con aves,
esas que corren sin el viento
que se pierden en las nubes
de misterio y religiones.

Renace de los zurcos, del quinto infierno
entrega la pureza y muestra el brillo
que en tus ojos se posa firmemente.

Vive en gracia, en sueños -ser de en-sueños-
como el agua libre
y en la pluma regálame poesía,
poesía como tu lengua recorriendo mis risas
poesía como tu silueta un viernes por la noche.

Regálame simpleza de lluvia
no caigas al abismo de ojos egoístas
¡Sentidme en este otoño!
nuestro -Tuyo, mío-