Creo
ser quien vuela con suspiros, quien se hiperventila fácilmente con un par de
versos afables, quien no llora en público; no para demostrarse valiente, sino
para no encontrarse consigo misma mientras existe gente expectante. Quien
escribe fumando, quien lee fumando, quien camina fumando, quien fuma, y es
aquel cigarrillo que se consume a sí mismo y en conjunto con mis días, mis
pasiones, mis anhelos y que engrandece cada una de las frustraciones para luego
ser olvidadas. También quien disfruta de la amistad ante todo, quien perdona
sin mayores problemas, quien busca la simplicidad de lo cotidiano para ser
feliz, quien quiere a la vida y a quienes se la dieron, aquella que defiende a
su pueblo y a su gente con la fuerza que no posee, quien olvida de lo que es
capaz. Creo también, que aquella persona que en mi habita se esfuerza por ser
agradable, hasta con quienes no lo son.
-Hablando de lo que está más
allá de lo que la vista alcanza.-
Entrar
en tu sien, absolver todo tipo culpas, respirar en la inmensidad del abismo,
dolor instantáneo… ficción. Mi contradicción late en
mis vértebras y quiero borrar de mi memoria la amargura del ser.
Y de
pronto.
La
voz más dulce de estos años fervorosos,
Rebeldes,
intensamente violentos… a mi manera
Oigo
aquel clamor, tus manos apretando las mías.
Y
hondo respiro, tras tan agitada estar.
Las
plumas se estremecen y se aferran a la piel
Para
luego volar en estos aires enrarecidos
Por gritos
que exigen justicia
-Humillan
(nos)-
Un
verso me aprieta las entrañas,
Echo
al olvido todo aquello que adormece
Y el
suelo
El suelo
con un sinfín de valiosos recuerdos,
Me acoge
con calor… y sos vos.
Arranquemos,
pisemos fuerte el asfalto,
Que nuestros
ojos no se nublen y que
Nuestras
narices nos recuerden.
Lucha
conmigo compañera que
El porvenir
está en nuestros puños
Con fuerza,
sin cansancio.
Buenas
noches.
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