Créelo, si te ha hecho sentido. Hazlo pues, si lo sientes.

diciembre 10, 2011

Confundió.

Vuelvo tras haber estado escondida en ese biombo lejano, que me separaba de la vida, me hundí en una insignificante realidad y busqué respuestas, recorrí tu cuerpo como quien fuere un profesional, caminé acompañada de mi silencio y escribí con mis pasos la oculta agonía, volví.
Quiero hurgar en mis memorias y reconstruir tus momentos, no dejarte, concentrarme en mi inquieta respiración y regalarla en un envoltorio que me recuerde a la percepción de ti.
Mírame con tu traslúcida mirada pues quiero leer cada febril pestañeo, bostezo en busca de mi aliento que olvidé en tu boca, lograré que el tú y yo se fundan a pesar del infierno probable.
Controlo la vehemencia que me provocas y reprimo mil anhelos ya que entonces las miradas traicioneras se encargarán de sojuzgarnos, alimentaré tu imaginación con palabras que inventaré, por ti y para ti.
Compañera a pasos lentos, manos tibias, mirada cálida. Esa sensación de soledad tan desagradable se ha ido, no volando -Volar es mi sueño- sino que se fue corriendo hasta desgastar las piernas, pues escapaba de mí y mis penas. No es la primera vez.

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