Créelo, si te ha hecho sentido. Hazlo pues, si lo sientes.

agosto 15, 2010

Maldita seas...

Hay más mentiras en tus palabras que miedos en mi interior, el deseo de tenerte se ha vuelto doloroso, el sentimiento de extrañarte otra vez me aterra, y el silencio se hizo parte de las emociones cotidianas. 
Porqué si me traicionaste, ella puede creer que serás fiel a tus dichos. La realidad se convirtió en un suplicio, maldito sea el día en que me introduje en tu vida y maldita seas por hacerme caer al piso sin alternativas, sin una puta luz donde guardar proyecciones y esperanza, maldita sea mi vida que del momento en que llegaste no haz hecho más que adormecerla e idiotizarla y luego apagarla en el momento en que se te diera la gana. 
Fuiste para mi aquello inexplicable, eso que jamás volveré a sentir, tan profundo y estable, pero tan débil, tan mutable. Como un vidrio que al momento de quebrarlo, rearmar cada pieza se hace infinito y confuso.
El primer día creí que el mundo realmente se me venía abajo, luego el tiempo pasaba y mientras más ocupaciones tenía el olvido se iba asegurando, y cuando me comienzo a enterar de cada mentira, cada traición, cada paso falso que diste, es como volver al primer día, sin el apoyo suficiente.
Verme sin ti nuevamente, y verte feliz, sin mi, se hace tan inusual y molesto. Tu egoísmo me hizo considerarlo como práctica, y luego me siento sucia y estúpida, cuando veo que no hay vuelta atrás. 
Pasan las horas tan rápido que sin darme cuenta, el dolor se atenúa, pasan los días y aunque en cada segundo piense en ti, se hace cada vez menos tormentoso, pasan los meses y soy capaz de asimilar mi soledad y la tristeza que en mí haz provocado... 






Buenas noches...

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