El espejo se ha vuelto confuso, y quién soy y para qué estoy... Suplir las carencias por cosas tan superfluas se ha vuelto tan habitual, dejar fluir los sentidos y no escuchar. Aunque a veces, oír una palabra que quizá para éste agitado mundo nuevo es insignificante, en estos momentos es realmente imprescindible, y tapar los gritos y las interrupciones que no te dejan ser quien quieres, y aunque no quiero ser ni estar es mi deber mantenerme en pie, y es lo que hago. Que difuso sentimiento, y doloroso a la vez, porqué si todo está marchando tan bien mi mente se encarga de matar cada ilusión y de hacer que me hunda en la pobre y luminosa decadencia terrenal... terrenal he dicho?, quizá me equivoque, realmente no entiendo a que se debe y mucho menos soy capaz de explicarme cada respiración forzada y latido flojo y ajeno que de mi cuerpo surgen involuntariamente. El escudo ha vuelto, la diferencia es que ya dejó de protegerme, ¡qué sucede!. Camino sola y no observo, maldito egoísmo, que aparece para demostrarme cuan escondida estoy, necesito seguridad. Y si tan solo no estuviera?, el mundo sería el mismo, pero luego quiero estar. Y los sueños son la imagen del interior. Interior que no solo está muerto, sino que está también abandonado por extraños que creí conocer y que aun me penan...
Quiero verdad, paz, y por sobre todo. Dejar de extrañar... quiero tu tiempo, pero no para quitarlo sino para ser parte de él. Quiero encontrarme y saber dónde y cómo estoy, quiero... quiero ser yo... y luego creo haber olvidado todo, y claro, mi mundo perturbado nuevamente, y quiero volver a entrar pero me he quedado en éste sucio exterior, tan indefensa y tan... tan extraña... tan nadie. Y solo juego y vivo...
Buenas Noches...
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